Las probabilidades de que ocurra un parto velado son muy bajas: 1 de cada 80.000 nacimientos. Y es por esta razón que nos maravillamos cada vez que podemos ser testigos de uno.
¿Qué es un parto velado?
Se llama parto velado a los bebés que nacen dentro del saco amniótico, ya sea completamente o cubriéndoles la cara como si fuera un velo.
Los niños que nacen con el saco amniótico intacto, tienen un nacimiento menos traumático ya que, aunque hayan salido al exterior, aún se encuentran dentro del líquido amniótico, protegiéndolos y manteniéndolos cálidos.
Existen dos dos tipos de partos velados. El más común es el del bebé que nace con parte de la bolsa adherida a su cara y cabeza, pero donde ya se ha roto el saco y se ha escurrido el líquido amniótico.
Luego, está el verdadero parto velado, donde el bebé nace enteramente dentro de la bolsa, que luego tiene que ser rota por el obstetra, drenando también el líquido amniótico.
No existen complicaciones de ningún tipo cuando los bebés nacen así ya que las membranas se quitan fácilmente de la cara. Sí se debe tener cuidado en despejar los oficios nasales para que el bebé pueda respirar y retirar el resto de la bolsa lentamente para no dañar al bebé.
Se cree que los “bebés enmantillados” desarrollarán en el futuro poderes de clarividencia y otras clases de dones sobrenaturales.
En la época medieval, era un signo de buena suerte y se consideraba que el bebé iba a ser bendecido por Dios, logrando todo tipo de grandezas en su vida.
También, se conservaba el saco luego de nacer el bebé y hasta se lo vendía, ya que se consideraba que era uno de los mejores talismanes para la buena suerte.
A continuación les mostramos algunas imágenes sorprendentes del tan maravilloso parto velado.
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