Ocurrió en Estados Unidos y la imagen tomada por los médicos ya ha recorrido el mundo. La madre dio a luz por cesárea y los médicos se encontraron con el feto dentro de la bolsa, la cual se encontraba intacta. Es lo que se llama parto velado, y los bebés que vienen de esta forma al mundo se los conoce como enmantillados; es decir, con manto, velo o toquilla. Sin duda un acontecimiento extraordinario.
La particularidad de este raro evento, radica en que uno de los signos de incio del trabajo de parto es que el saco se rompe antes de dar a luz al bebé; pero en este parto, lo inusual fue que cuando los doctores quisieron sacar al pequeño se dieron cuenta que aún estaba dentro de la bolsa. Como la bolsa con el líquido amniótico aún estaba intacta, el bebé permanecía con la sensación de continuar en el vientre materno y no era consciente de haber llegado al mundo.
El doctor cuenta, según recoge el diario The Sun, que se quedó “sin aliento” cuando comprobó que el bebé todavía se encontraba dentro del saco amniótico ya que su madre no había roto la bolsa de aguas. El médico resalta que en ningún momento la vida del niño corrió peligro porque se seguía alimentando de la placenta y comenzó a respirar en cuanto le rompieron el saco.
El saco amniótico es la bolsa que cubre al embrión y que se forma entre el octavo y noveno día de la fecundación. En el interior también se encuentra el líquido amniótico que protege al niño de cualquier golpe y de un movimiento involuntario de la madre.