Un azúcar de la leche materna protege a los recién nacidos de una infección mortal

Una investigación descubrió que un azúcar de la leche materna protege al recién nacido de una infección provocada por una bacteria llamada estreptococo Grupo B que puede llegar a ser mortal.

Un azúcar de la leche materna protege a los recién nacidos de una infección mortal

Una reciente investigación, llevada a cabo por la Escuela Imperial de Londres, descubrió que un tipo de azúcar presente en la leche materna protege al bebé del responsable de la meningitis: el estreptococo grupo B. Según los especialistas, esta bacteria es la principal causa de infecciones durante los primeros tres meses de vida del bebé y que además puede llegar a ser fatal.

No todas las mujeres producen el mismo azúcar en la leche ya que el sistema del antígeno de Lewis descompone de forma diferente estos azúcares. Los investigadores analizaron la leche de un grupo de madres para determinar el poder de ciertas azúcares relacionadas a la inmunización del bebé contra ciertas enfermedades. Estudiaron tanto a las madres como a los niños para el estreptococo grupo B en tres etapas diferentes: inmediatamente después del nacimiento, seis días después y a los 3 meses de edad.

Los resultados arrojaron algunos datos sorprendentes, ya que las mujeres que produjeron azúcares asociados al gen de Lewis, tenían menos posibilidades de adquirir la bacteria y en consecuencia no transmitirla a su bebé. Los niños de madres que produjeron un azúcar llamada lacto-N-difucohexaosa pudieron eliminar la bacteria entre los 60 y 90 días posteriores al nacimiento.

Esto indica que la leche materna asociada al gen de Lewis tiene un efecto inmunizador. Por otro lado, estás azúcares propician el desarrollo de una bacteria presente en la flora intestinal infantil que ayuda a eliminar otras bacterias dañinas.

Irónicamente, el estreptococo grupo B puede transmitirse al bebé a través de la lactancia. De hecho la bacteria puede estar presente en la flora intestinal y la vagina de la madre antes de que el bebé se contagie durante el parto o al darle de mamar. No obstante, los investigadores sugieren que las azúcares de la leche materna pueden proteger al niño del estreptococo grupo B. Estas azúcares, llamadas oligosacáridos de la leche humana, no son digeridas y permanecen en el estómago del bebé protegíendolo contra las infecciones.

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Esta no es la primera vez que se descubren los beneficios de la leche materna para el cuidado de la madre y el bebé. La lactancia puede contribuir a que la mujer deje de fumar, fortalecer el desarrollo del bebé prematuro y evitar el riesgo de muerte súbita (SIDS). Ahora, los resultados de esta investigación nos dan una razón más para amamantar a nuestros hijos.

Finalemente, este estudio interesó a algunas empresas manufactureras de leches maternizadas a que se agreguen estas azúcares en su fórmula. Sin embargo, el director de la investigación, el doctor Nicholas Andreas, cree que puede llegar a ser difícil replicarlas sintéticamente.

“Estas fórmulas solo podrían contener un par de estos compuestos químicos, mientras que la leche materna contiene docenas de diferentes tipos” comentó el doctor Andreas a Science Daily. “Si sabemos que una madre posee el estreptococo grupo B y que además tiene el gen de Lewis, nos daría una pista de cómo transmitiría la bacteria a su bebé dándoles la oportunidad de tomar medidas preventivas más personalizadas”.

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