La apariencia saludable y feliz de este pequeño llamado Gideon Purchase esconde la dura y difícil batalla que tuvo que pelear durante la mayor parte de su corta vida.
Una noticia devastadora
Cuando tenía tan sólo 6 meses de edad, perdió el apetito, comenzó a dormir mal y su carácter cambió súbitamente: estaba mucho más irritable que nunca. En ese entonces sus padres creyeron que estas alteraciones se debían al período de dentición que su hijo estaba atravesando.
Sin embargo, al poco tiempo le apareció una mancha amarillenta en su ojo que en un día se extendió rápidamente hacia los dos globos oculares. Además, le había surgido repentinamente un bulto en la cabeza. Fue entonces que sus padres lo llevaron inmediatamente al médico. El diagnóstico fue el peor que hubieran podido imaginar: Gideon tenía un neurobalstoma severo de grado 4.
Su madre, Katie Purchase, contó recientemente en un reportaje realizado por TODAY, que fue un momento terrible y que todo fue de mal en peor. Y es que su hijo tenía cáncer y había que tratarlo inmediatamente para salvarle la vida. Para esto le realizaron estudios de todo tipo en el Hospital de Niños Saint Jude donde pudo revelarse la magnitud de la enfermedad.
“Toda su cara y cráneo estaban llenos de cáncer, y todos sus huesos estaban llenos de cáncer”, dijo la doctora que se encargó de la salud Gideon, Sara Federico. “Tenía un gran tumor que se alojaba en el medio de su cuerpo”.
Un tratamiento novedoso que dio resultado
Katie y su esposo Gary estaban devastados, pero los doctores del Saint Jude tenían un complejo plan para erradicar la enfermedad con un nuevo tratamiento inmunológico en el que se combina la quimioterapia con un anticuerpo.
A las seis semanas de haber comenzado con el tratamiento, los primeros resultados superaron todas sus expectativas. Su médula ósea estaba un 84% tomada por el cáncer y pasó a tener un 0%.
Por otro lado, la mayoría de los tumores alojados en su cara, brazos y piernas remitieron drásticamente hasta desparecer. No obstante, el pequeño tenía que ser sometido a un transplante de médula ósea y radiación para asegurarse que no quedaran recidivas.
“Esta enfermedad es tan agresiva que no se puede dejar viva ni una sola célula [de cáncer]”, comentó su padre.
Luego de 15 meses el cáncer es erradicado por completo
Luego de recibir el trasplante y pasados quince largos meses de tratamiento, lo médicos declararon recientemente que Gideon se encuentra curado definitivamente: el cáncer desapareció por completo.
Hoy el pequeño Gideon está libre de la terrible enfermedad y se lo encuentra más enérgico que nunca. Sus padres, agradecidos por los resultados, no hacen más que disfrutar cada momento en el que pueden estar junto a su hijo.
Refiriéndose a todos los malos momentos que la familia atravesó, su padre comenta: “Te hace apreciar las pequeñas cosas. De repente, los problemas de la vida ya no parecen ser un gran problema. Nos hace atesorar todos los días”.
¡Felicitaciones pequeño guerrero! Sin duda darás esperanza a otros niños que están atravesando una situación así.