Siobhan Rennie, madre de dos hijos y bloguera muy reconocida en las redes australianas, tiene miles de seguidores porque habla sin pelos en la lengua cuando se trata de maternidad.
Hace unos días abrió el debate en Instagram sobre la lactancia materna y el biberón al publicar una bellísima foto alimentando a su bebé con la cuestionada botella.
La culpa de la madre por no poder darle el pecho al bebé
En la publicación, la mamá habla sobre la culpa que siente cada vez que le da el biberón a Aoife, su hija de 13 meses. Sin embargo, no deja ahí el tema, y continúa hablando sobre la crítica social y por qué una madre que decidió alimentar así no debería sentirse culpable.
Todavía me siento culpable de que ya no estoy amamantando a Aoife. Porque la culpa de madre es como una BESTIA GIGANTE.
Tenía mis razones para cortar. Tantas razones (le llevó horas prenderse, no fue justo, tantos problemas le provocaron demasiados gases, demasiado reflujo y mucha ansiedad…).
A los 4 meses interrumpimos y fue una decisión muy dolorosa. La vida definitivamente se hizo más fácil, todos fuimos mucho más felices.
Pero aún así, 8 meses después, creo que me rendí muy fácilmente. Sé que no lo hice así, pero aún no puedo evitar ser muy dura conmigo misma.
A esto se le agrega la mirada que hoy recibí de una mujer en el parque cuando saqué el biberón de Aoife… Dios mío, fue TAN juzgadora. La cuestión es que ALIMENTAR es lo mejor. Aoife estaba (y aún está) más satisfecha con el biberón.
No importa cómo alimentamos a nuestros bebés, siempre y cuando sea seguro y estén nutridos y felices.
Nunca dudes de tus elecciones, tienes que hacer lo correcto para ti y toda tu familia, ya sea amamantando hasta que sean niños o si ni siquiera has podido comenzar [a hacerlo].
Y dile a la culpa de madre que sólo se vaya al CAR*JO 😜😂
Gracias.
“Amamantar es lo mejor”… ¿A toda costa?
Mientras que los especialistas nos aconsejan una y otra vez que “amamantar es lo mejor” y en las redes sociales aumentan cada vez más las fotos y publicaciones para normalizar la lactancia materna, muchas mamás se sienten excluidas cuando, por alguna razón u otra, no pueden comenzar o continuar amamantando aunque lo quieran.
El debate entre la lactancia materna y el biberón muchas veces se simplifica generando una grieta que separa a las mujeres en dos bandos. Se tilda a las madres que amamantan como mejores mamás que las que dan el biberón. Pero, como escribe Siobhan en la publicación, la desilusión que trae aparejado el no poder amamantar —como la sociedad espera— es una presión muy difícil de llevar y que no se la tiene en cuenta.
Comenzar un debate sobre estos sentimientos de culpabilidad materna es sumamente útil, porque la culpa —ya sea autoimpuesta o por el juicio de otros— afecta a todas las madres en general, aunque estén amamantando, ya que hay un sinfín de problemáticas que también pasan por el juicio ajeno y que no están relacionadas a la lactancia materna.
La historia de Siobhan es una entre tantas donde se deja en claro que, si bien la lactancia materna es nutricionalmente lo mejor, no siempre es la mejor opción para la salud física y psíquica de la madre, ya que las circunstancias de cada madre son diferentes.
Entonces, en lugar de decir “amamantar es lo mejor”, tal vez deberíamos decir “alimentar con amor es lo mejor”, porque lo mejor será siempre el amor que se siente por los hijos.