Es difícil imaginar el miedo y la incertidumbre que afecta a aquellos padres cuando sus hijos nacen mucho antes de la fecha probable de parto.
Una historia de temores, perseverancia y amor
Michael Vosmansky recuerda el día en que se convirtió en padre y toda la etapa posterior al nacimiento donde sucedieron los más desgarradores momentos de su vida.
El papá, oriundo de Melbourne, Australia, contó que se sentía totalmente indefenso en la sala de espera mientras los médicos se encargaban de salvarle la vida a su mujer y a su hijo.
“Fue una experiencia de mucho temor”, dijo.
La dramática historia que marcó su vida para siempre sucedió hace nueve años. Sin embargo, Michael aún recuerda la llamada que recibió de su mujer, Karin, a quien su obstetra le había indicado acudir al hospital urgentemente.
Karin tenía tan sólo 32 semanas de embarazo, pero había desarrollado el síndrome HELLP, una forma grave de preeclampsia que pone en riesgo la vida de cualquier mujer embarazada, con desenlaces fatales incluso para el bebé.
No bien cortó, Michael se dirigió en taxi al hospital .
“Llegué allí y Karin básicamente se había deteriorado en el transcurso de la tarde, y se empeoraba de forma muy rápida”, recordó.
“La conectaron a algunas máquinas y le dieron algunos medicamentos, luego nos dijeron que no estaban equipados para este tipo de emergencias y tuvo que ser trasladada”.
Karin fue llevada en ambulancia al Mercy Hospital for Women e inmediatamente la sometieron a una cirugía.
Michael permaneció en la sala de espera hasta que el personal médico apareció con su hijo recién nacido en una incubadora.
Robert comentó que no fue el pequeño tamaño de su hijo Robert lo que lo sorprendió.
“Hasta el momento, nunca había visto a ningún recién nacido, me sorprendió más que estuviera en una incubadora y que no lo podía alzar ni tocar” comentó Michael.
“La experiencia de todo el nacimiento fue algo completamente diferente a lo que me había imaginado”.
Michael contó como Robert fue llevado a UTI, donde todavía luchaba por su vida.
“Tuvo que permanecer en la incubadora porque tenía problemas para respirar, así que me sacaron de la sala para que no viera lo que hacían” agregó Michael.
“Y aún no había visto a Karin”.
Su mujer se recupera y conoce a su hijo por primera vez
Dos días después, Karin pudo conocer a su hijo Robert y Michael recuerda cómo fueron las semanas agotadoras que vinieron después, visitando a su hijo y a su esposa en el hospital mientras por otro lado se las ingeniaba para completar los arreglos que había comenzado en su casa antes de que sucediera todo esto.
“Cuando nació nuestro hijo, no había ningún tipo de apoyo como existe hoy en día, básicamente tuvimos que pasar por esto nosotros solos,” dijo Michael.
Por esta razón, Karin se involucró apasionadamente en una causa llamada Walk For Prems (Marcha por los Prematuros) que actualmente coordina en Australia todos los 23 de octubre. Con esta movilización recauda fondos para estos pequeños tesoros.
“Cómo dijo mi esposo, llegó un punto en el que salía del hospital a las 3 am, mientras Robbie y yo permanecíamos en terapia intensiva”, comentó Karin.
“Fue más difícil para él porque tuvo que afrontar solo toda la situación durante los primeros días mientras yo estaba inconsciente, así que yo no sabía lo que estaba pasando”.
Hoy en día, Robert es un niño sano de nueve años de edad, pero Karin afirma que el drama que involucró todo su nacimiento parece “como si fuera ayer”.
“Recuerdo que en algún momento, Michael me comentó que era niño y que luego me desperté conectada a todas esas máquinas mientras Michael me mostraba sus fotos”, agregó Karin.
Hoy en día, ella aún se somete a diversos estudios para mantener su buena salud.
“En comparación con otros niños de su edad, él es todavía pequeño, pero, comparándolo con otras familias de prematuros, nos ha ido bastante bien”, dijo Karin.
Con el tiempo, Karin y Michael tuvieron una hija de otro embarazo de alto riesgo, pero sin embargo, se las arreglaron para llegar con éxito a las 37 semanas.
En la actualidad, Karin es miembro de la fundación Life’s Little Treasures (Pequeños Tesoros de la Vida) y ayuda a juntar fondos para la Marcha por los Prematuros que permite a las familias con historias similares a reunirse, hablar y disfrutar cada año de la dicha de ser mamá de un bebé prematuro.