¿Por qué es recomendable la opción de dejar a tu bebé con una niñera?
Las familias que contratan una niñera, suelen priorizar que el trato con el bebé sea de uno a uno, que haya un vínculo de afecto y personalizado que muchas veces no se da en una guardería. También el tema de contagio de enfermedades, sobre todo en épocas de frío, suele ser un tema importante a la hora de decidir, ya que cuando un bebé se enferma y no puede asistir a la guardería las mamás están en un problema importante si no tienen a quién recurrir con inmediatez.
Hoy en día la opción de dejar al niño a cargo de un familiar se ha vuelto cada vez menos frecuente, ya que la gran mayoría de las abuelas trabajan o tienen sus actividades. Por otro lado, si bien es una opción que brinda mucha confianza, hay temas que tienen que ver con poder establecer límites en el rol y que se respete un estilo de crianza que proponga la mamá. Tema de difícil abordaje cuando hay alguien del entorno cercano a cargo del bebé.
¿Qué debo tener en cuenta a la hora de dejar a nuestros hijos con una niñera?
Es fundamental chequear la experiencia previa de la persona que elegimos por lo que se recomienda que la niñera tenga una orientación laboral dirigida al trabajo con niños y bebés. Esto se puede corroborar a través de sus trabajos previos o bien de su formación.
También es importante que posea experiencia previa comprobable en tareas similares, porque la experiencia con niños, preferentemente en casas de familia, brinda herramientas que son insustituibles desde lo teórico.
Asimismo, es importante conocer el manejo que tuvo la niñera en situaciones laborales previas, saber cómo llegó a un hogar, cómo se vinculó con los niños, porqué se fue, etc… Su permanencia laboral nos habla de su estabilidad y esto es fundamental a la hora de decidirnos por una postulante.
Otro factor a tener en cuenta es que la experiencia previa que posea con niños o bebés sea con niños de edad similar a la de tu hijo. No es lo mismo trabajar con un bebé recién nacido que con un niño de 12 meses. Cada edad tiene su particularidad y es fundamental que la niñera esté familiarizada con esto, a menos que puedas disponer de un tiempo en el que vas a capacitarla junto a vos.
La capacidad de reacción de la niñera frente a situaciones imprevistas es otro punto importante. Es decir, saber como reaccionar en caso de emergencia es fundamental. Es importante que le digas qué hacer en caso de que tu hijo se enferme o se lastime. Que tenga conocimientos de primeros auxilios brinda herramientas fundamentales a la hora de resolver situaciones de esta índole. Parea esto hay que dejarle teléfonos y datos de la prepaga u obra social a mano.
Siempre hay que recordar de evaluar los recursos emocionales de la niñera. No es recomendable que una mujer con pobres recursos emocionales o con inestabilidad emocional, esté a cargo de niños, y mucho menos de bebés. Tampoco que lo esté quien está atravesando un momento personal difícil como un duelo.
Preguntarle acerca de sus vínculos, familia, amigos, si mantiene vínculos de larga data, o cómo está compuesta su familia. Esto puede ayudarte en esta evaluación.
¿Cómo sé si elegí bien?
Es importante como mamás, saber que un bebé desde muy pequeño, también elige. Puede ser normal que en el inicio del vínculo con la niñera, haya cambios en el comportamiento del niño, pero esto tendrá que ver con la incorporación de un nuevo adulto en el mundo del niño. Luego de haber pasado el tiempo de adaptación, debemos de estar atentos a cualquier cambio sustancial en el comportamiento del bebé en cuanto a su sueño, alimentación, humor. Si la niñera funciona para el niño, seguramente funcionará para la familia en general.
El amor es la condición necesaria para que una niñera funcione en su puesto, si no se da un vínculo afectivo con la familia y sobre todo con el bebé, seguramente a la larga, no funcione la incorporación de esta niñera al núcleo familiar. Por supuesto, que eso vendrá en un segundo momento si todo funciona bien, pero es un factor imposible de anticipar. Por eso, es importante que la niñera pueda desde sus recursos emocionales y lúdicos, relacionarse no sólo desde un lugar de cuidado asistencial sino generando un plus en este vínculo que estará por darse.