Muchas mamás y papás escuchan el término”costra láctea” y no saben de qué se trata. Esta afección es muy frecuente en los bebés y puede llegar a ser muy molesta para ellos.
¿Qué es la costra láctea?
La costra láctea es el término que se utiliza cuando la dermatitis seborreica afecta el cuero cabelludo de los bebés. Esta es una dolencia cutánea e inflamatoria que afecta a bebés recién nacidos y niños pequeños de hasta 36 meses.
¿Por qué se produce?
La costra láctea se produce por un trastorno funcional de las glándulas sebáceas, las cuales producen una hipersecreción de grasa en el cuero cabelludo del bebé en forma de escamas espesas amarillas o de color café. También puede encontrarse en párpados, oídos, alrededor de la nariz y en las ingles.
Es importante que sepas que es una afección inofensiva y temporal, que no es contagiosa, ni producida por falta de higiene. Tampoco es una alergia y no es peligrosa.
En algunos casos ocasiona picazón y, de ser así, rascarse en exceso posiblemente cause una inflamación adicional y las grietas en la piel pueden originar infecciones leves o sangrados.
¿Cuáles son los síntomas?
Los síntomas son lesiones cutáneas, placas sobre una gran área, escamas en la piel color blancas y tipo costra o amarillentas, grasosas y pegajosas. Estas placas pueden comprometer el cuero cabelludo, las cejas, la nariz, la frente o los oídos. También el prurito (picazón), el enrojecimiento moderado y la caída del cabello son indicadores de esta enfermedad.
¿Cuál es el tratamiento adecuado para combatirla?
Masajéale el cuero cabelludo suavemente con los dedos o con un cepillo suave para aflojar las escamas y mejorar la circulación en el área. Lávale el cabello diariamente con suavidad y utilizando un jabón de glicerina, mientras se presenten las escamas. Después de que éstas hayan desaparecido, el cabello puede lavarse dos veces por semana. Asegúrate de enjuagarle bien el pelo para que no queden restos de jabón.
Péinale el cabello con un cepillo limpio y suave después de cada lavado, varias veces al día. Si las escamas no aflojan fácilmente es aconsejable que apliques aceite mineral en el cuero cabelludo de tu bebé, envolviéndole la cabeza con un trozo de tela húmeda y tibia hasta por una hora. Luego báñalo como se indicó anteriormente.
Debes recordar que el bebé pierde mucho calor a través de su cabeza, entonces debes chequear frecuentemente el trozo de tela para asegurarte que éste no se haya enfriado. Las ropas frías y húmedas podrían bajarle la temperatura drásticamente.
Si las escamas siguen siendo un problema o el bebé parece incómodo y se rasca la cabeza contacta al médico, ya que puede prescribir una crema o loción para aplicarle en el cuero cabelludo varias veces al día.
¿Cómo puede prevenirse?
La tendencia a desarrollar la dermatitis seborreica puede ser heredada. La severidad de esta condición se puede disminuir controlando los factores de riesgo como el estrés, los climas extremos, la falta de sueño e higiene y el uso de lociones que contengan alcohol.
En pocas palabras, se previene siendo especialmente cuidadoso con la piel del bebé.