La noticia ya ha causado temor y preocupación a muchos padres en Argentina, luego de la muerte de cuatro niños afectados por una bacteria llamada Streptococo pyogenes.
Los dos primeros casos registrados fueron los de una nena de 7 años que falleció en Misiones y otra de seis en la ciudad de Rosario. Ahora se sumaron dos muertes más que tuvieron lugar en el Hospital Elizalde de la Ciudad de Buenos Aires, poniendo el alerta a todo sistema sanitario.
Por otro lado, hay dos niños más que están internados en la ex Casa Cuna, aunque se encuentran estables, y un tercer caso de un niño que afortunadamente fue dado de alta en las últimas horas.
¿Cómo se contagia la enfermedad?
La bacteria Streptococo pyogenes es la que causa frecuentemente la faringitis infantil y se contagia por contacto o vía respiratoria. Lo que sucede es que se vuelve agresiva cuando ingresa al torrente sanguíneo ocasionando una enfermedad llamada sepsis: una grave infección en la sangre que compromete todos los órganos y que puede causar la muerte.
Aunque el Ministerio de Salud ya emitió una alerta para que los médicos estén preparados para enfrentar los casos que se presenten, es importante tener en cuenta ciertas recomendaciones para prevenir esta enfermedad que puede tener un resultado fatal.
¿Qué deben tener en cuenta los padres y qué niños tiene más riesgo de contraer la enfermedad?
Los niños de entre 1 y 6 años de edad son los que están más expuestos a la enfermedad, pero también puede presentarse en bebés y extenderse hasta los 15 años, sin descartar también a los adultos.
Hay factores que inciden en un mayor riesgo de presentar este grave cuadro. Un grupo lo conforman los que tienen enfermedades crónicas cardíacas, asma o diabetes. Otro grupo es el de los que presentan enfermedades agudas como varicela, impétigo, eccemas, traumatismos previos, quemaduras, heridas en la piel, cirugías. También están expuestos los que ya presentaron cuadros de gripe anteriormente o concomitantemente.
En resumen, lo que hay que tener en cuenta es que si un niño presenta esas enfermedades crónicas o agudas, se debe estar alerta ante los cuadros de fiebre persistente o que vuelve a aparecer de forma inesperada. Ante estos casos hay consultar inmediatamente al pediatra para hacer un diagnóstico temprano y comenzar el tratamiento que consiste en la internación y la administración de antibióticos.
También hay niños que no presentan enfermedades crónicas ni agudas y desarrollan la enfermedad. En estos casos es clave también la consulta temprana con el pediatra en caso de fiebre o algún otro síntoma en bebés o niños, tales como dolor de garganta o lesiones en la piel.
El ejemplo más común de esta enfermedad es la de un niño con varicela u otra enfermedad o lastimadura de la piel, que comienza con fiebre alta y un estado general regular.
Otro dato muy importante es que de los niños afectados, a dos se les encontró una infección asociada por gripe (virus de la influenza A), lo que agrega una alerta más, que es en caso de presentar síntomas de gripe consultar si aparece fiebre persistente o desmejoramiento de la salud.
Si el niño no tiene fiebre pero el corazón le late con rapidez (taquicardia), presenta cambios de coloración en la piel, decaimiento general o tiene dificultad para respirar, también se debe consultar urgentemente al médico.
Por otro lado, se puede evitar el contagio de la enfermedad con el lavado escrupuloso de manos y guardando reposo de 24 horas luego de que haya bajado la temperatura.