Viajes con niños

Viajes con niños

El viaje con niños

Aunque una canción infantil famosa diga “El viajar es un placer que nos suele suceder…”, cuando se viaja con niños del placer a displacer hay poco menos que tres letras. Para mantener las cosas en el terreno de lo deseable, te brindamos una serie de consejos útiles a la hora emprender un viaje con niños pequeños.

Habla con el pediatra

En primer lugar, infórmale al pediatra que planean irse de viaje, sobre todo si tienen previsto viajar al exterior. Él te contará que elementos deberás incluir en el botiquín de emergencia (termómetro, vaselina, analgésico, etc.) y te informará si es necesario reforzar algunas vacunas o aplicar alguna adicional.

En el caso de que tu hijo tenga una enfermedad crónica, te indicará los cuidados especiales que deberás dispensarle estando fuera del país e incluso podrá ayudarte a ubicar un médico en el lugar de destino que se especialice en dicha enfermedad.

Siempre es recomendable que lleves una fotocopia o duplicado de su carnet de vacunación, así como una tarjeta que indique si es alérgico y cuál es su grupo sanguíneo.

Ajusta tus planes a la realidad

Para seguir el itinerario que tienes previsto, deben visitar dos museos en un día y cenar en ese restaurant especial que recomienda la guía de viajes. Con un niño es poco probable que logres hacerlo, o al menos que lo logres sin berrinches de por medio.

Lo mejor es que seas flexible con los planes y que dejes lugar a momentos libres, así tu hijo puede aprovecharlos  para disfrutar del modo que le plazca (en una plaza, en la habitación del hotel, en un centro comercial, etc…).

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Viaja de noche

Viajar por la noche es mejor, ya que los niños duermen y el viaje se hace más ameno.
En caso de que no consigas pasajes nocturnos y tengan que viajar durante el día, procura llegar a destino antes del anochecer para que el niño pueda familiarizarse con el lugar antes de irse a dormir.

Por otro lado, es aconsejable que hayan  reservado el hospedaje para no tener que buscar sitio donde pasar la noche. Eso sólo logrará hacer el viaje más largo y fastidiar a tu hijo. Si prefieres elegir hotel en el lugar de destino, reserva aunque sea la primera noche y al otro día busca con más calma.

Lleva una mochila con sus pertenencias

Durante el viaje, será muy útil que lleves un kit para mantener a tu hijo entretenido. Alcanza con que pongas en un bolso o mochila algunos de sus juguetes, hojas  y lápices para colorear.

Los libros con actividades (como crucigramas, adivinanzas, etc.) también son una buena alternativa. Si tu niño es amante de las series y películas, puedes utilizar tablets con películas infantiles.

Por otra parte, viajar con sus pertenencias le ayudará a sentirse más confiado y seguro ante lo desconocido.

Evita vómitos y mareos

Algunos niños se marean y vomitan cuando viajan en automóvil o en bus. En casos así, se recomienda que las ventanillas se mantengan un poco bajas para favorecer la entrada de aire fresco.  Sin embargo, la temperatura alta puede descomponerlo, por eso cuando el calor es sofocante es preferible prender el aire acondicionado y abrir las ventanillas para renovar el aire de vez en cuando.

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Intenta mantenerlo distraído para que se olvidé del mareo, juega con él al “veo-veo”, muéstrale el paisaje, canten juntos, etc.

Los juegos que impliquen fijar la vista (como leer, mirar una película, etc.) se desaconsejan, ya que mirar fijo predispone los mareos.

Es aconsejable que lleves bolsas, toallas y una muda de ropa adicional para ti y para tu hijo. Deja cerca del niño un balde o una bolsa a la que pueda recurrir si quiere vomitar.

Por supuesto, el estómago del niño no debe estar cargado. En caso de que  durante el recorrido tenga hambre, puedes darle una galletita liviana y un poco de agua.

Si la situación es insostenible, porque vomita demasiado o la pasa muy mal, cuéntale al pediatra para que le recete algún medicamento contra los mareos.

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