De acuerdo a una reciente investigación los bebés de tan sólo 6 meses pueden determinar quiénes son los buenos y los malos, o mejor dicho, los que hacen algo por los demás de los que no. Los pequeños pudieron distinguir desde esa temprana edad quién era el matón, la víctima y el protector en una situación recreada.
Los resultados del estudio realizado por investigadores de la Universidad de Kyoto y otras instituciones se publicaron en la revista científica Nature Human Behavior el pasado 31 de enero.
Para el estudio se llevaron a cabo diversas pruebas donde los bebés demostraron que preferían “un amigo de la justicia” que intervino para detener un acto agresivo y salvar a una víctima, en lugar de elegir “a un espectador” que simplemente observó un incidente violento y no hizo nada.
¿Conocimiento del bien innato o adquirido?
Aún no se sabe si este conocimiento es innato o adquirido. Los bebés de 6 meses aún no disponen de la capacidad cognitiva para discernir entre los actos intencionales de los accidentales. No obstante, aunque el acto de rescate haya sido accidental los más pequeños prefieren siempre a los “héroes” en cualquier situación.
“Para formar la sociedad humana, se requiere un cierto nivel del sentido de la justicia”, dijo Yasuhiro Kanakogi, profesor especializado en Ciencias del Desarrollo de la Universidad de Kyoto y autor de la investigación. “Siento que es más probable que los seres humanos nazcan con un sentido intrínseco de lo que está bien y de lo que está mal”.
¿En qué consistió el estudio?
Para el estudio los investigadores grabaron videos animados con cuatro tipos de personajes: un agresor, una víctima, un protector y un espectador.
Para que la escena sea fácil de comprender se crearon caricaturas de formas simples: dos círculos de diferente color para el agresor y la víctima, y dos cuadrados para el protector y el espectador, también de diferente color.
En el video, el círculo-agresor golpea repetidamente al círculo-víctima mientras que el cuadrado-espectador observa de cerca el acto violento. Al final, el cuadrado-héroe se interpone entre los dos círculos y el agresor retrocede. En otro clip, el agresor y los círculos víctimas actúan de la misma manera, pero el cuadrado-espectador no se involucra.
Después de ver los dos clips, se les daba a los bebés dos figuras cúbicas que representaban al espectador héroe y al espectador no implicado para que eligieran entre ellas. Los resultados fueron sorprendentes: 17 de 20 niños de 6 meses de edad eligieron al personaje que ayudó a la víctima, mientras que sólo 3 bebés eligieron al espectador.
En experimentos posteriores, los investigadores modificaron las caricaturas para asegurarse de que los bebés no elegían las figuras por su forma o color y los resultados fueron los mismos.
Se realizarán más investigaciones
Los autores del estudio dicen que el siguiente paso es estudiar cómo esta preferencia por los actos protectores le brinda al ser humano desde temprana edad el “desarrollo de conceptos de moralidad, justicia y heroísmo” que se traducen posteriormente en actos heroicos de la vida real, como por ejemplo cuando un niño defiende a otro en el patio del recreo.