Toda mamá que haya atravesado la lactancia materna sabe lo difícil que puede puede llegar a ser, especialmente al principio. Lamentablemente, las dificultades que se presentan durante la lactancia no se discuten tanto como el consejo constante de que “el pecho es lo mejor para el bebé”.
Lo primero: prevenir la mastitis
Para concientizar sobre estas dificultades, una mujer decidió compartir sus batallas durante la lactancia con la esperanza de que las mamás primerizas se informen sobre las complicaciones que pueden surgir durante esta etapa y, de esta forma, poder prevenirlas.
Tras un año de amamantar a su hijo, Remi Peers compartió en su cuenta de Instagram una foto con el seno izquierdo infectado, describiendo su experiencia con la mastitis cuando comenzó a amamantar. La madre, señala en su mensaje que muchos de estos temas no se hablan abiertamente y por esta razón pueden aparecer estas complicaciones. Ahora, Remi trata de revertir esta situación contando cómo superó todos estos obstáculos.
La mamá escribe, junto a su foto en la que puede verse el pecho enrojecido e hinchado por la infección, el siguiente mensaje.
Esto es una mastitis. Luego de un año de lactancia materna, el domingo pasado me vi obligada a compartir mi historia. La lactancia materna no fue fácil para mi. Mi leche llegó después de cinco días. No era consciente de que podía llevar tanto tiempo, ni siquiera sabía lo que significaba la “subida de la leche”. (Nadie me enseñó nunca.) Yo era la única madre que amamantaba en mi barrio. Una mujer trató de amamantar, pero cambió a fórmula después de 12 horas porque ella “no tenía leche” (nadie le enseñó tampoco). Mientras los otros bebés dormían con el panza llena, mi hijo gritó y lloró pegado a mi pecho durante toda la noche. (¿Qué era la alimentación espaciada? Nadie me lo dijo).
Cuando llegué a casa, empezaron a surgir los problemas: mi pezón se partió literalmente por la mitad. Nunca sentí tanto dolor, tenía miedo en cada toma, pero lo seguí haciendo con lágrimas en mis ojos hasta que se me curaron. (Nadie me enseñó que la lactancia materna podría ser dolorosa, nadie me enseñó qué era una grieta).
Al alimentar a mi hijo en público, o tenía que ir al baño o extraerme en casa para darle de comer con un biberón. Porque sentía vergüenza de hacer sentir incómodos a los demás. Esto dio lugar a conductos obstruidos y una obstrucción mamaria. (Ahora, alimento libremente en público y lo vengo haciendo durante mucho tiempo. ¡Al car*jo con esta sociedad retrógrada!)
Luego vino la mastitis. Recuerdo que me desperté a las 3 de la mañana estremeciéndome, poniéndome mi bata y mantas extra y tratando de alimentar a mi hijo. El dolor era insoportable. Estaba temblando y sudando pero tenía frío hasta los huesos. A las 5 de la mañana desperté a mi novio y le dije que creía que tenía que ir al hospital. Mi padrastro, que es médico, tomó mi temperatura y dijo que era un poco alta, pero que tomara un paracetamol e intentara dormir.
A las 7 am no había conseguido dormir y ahora estaba vomitando, él tomó mi temperatura otra vez (40 grados). Había desarrollado una sepsis durante la noche. Esto sucedió porque no pude reconocer los signos más sutiles de la mastitis (al no apreciar ningún enrojecimiento ese día).
Me llevaron a emergencias. Me dieron morfina y los antibióticos más fuertes que me podían dar, y me separaron de mi bebé por dos noches. Estaba destrozada.
Remi explica que hay aún más en la historia, pero su punto principal es demostrar el hecho de que existe una falta de apoyo e información sobre la lactancia materna.
Los médicos no dan detalles suficientes
Por otro lado, la mamá también señala que los médicos y las enfermeras aconsejan amamantar, pero que no dan detalles suficientes sobre lo que es normal y lo que no lo es, y esto lleva a algunas madres a interrumpir la lactancia cuando apenas han comenzado.
“La lactancia materna es DIFÍCIL, necesita enseñarse y que sea aprendida. Al igual que caminar, hablar, leer y escribir, puede ser natural, pero no siempre viene naturalmente”, agregó la mujer.
¡Felicitaciones a esta mamá por compartir su historia para ayudar a otras madres!