El niño y la televisión

¿Qué lugar debe ocupar la televisión en la vida del niño?

Como ocurre con todas las cosas vinculadas a la tecnología, el efecto de la televisión en los niños no es bueno o malo en sí mismo. Dependerá mucho del control de los padres. Es una realidad irrefutable: en la mayor parte de los hogares la TV ocupa un lugar central y está ubicada en los espacios donde está el niño.

Por lo tanto, es conveniente administrar el tiempo que estará frente a la pantalla y no utilizarla como niñera. Esto es, si tu hijo tiene entre 1 y 2 años, 15 minutos diarios es más que suficiente; mientras que si es mayor de 2 años una hora al día estará bien. Algo esencial es mantenerla apagada durante la hora de comer. Otra sugerencia es no colocarla en la habitación del niño. La clave es marcar los límites desde el primer día, tendrás tiempo para cambiar las normas a medida que tu hijo crezca.

Recuerda que los adultos son el ejemplo más cercano que posee y si los mayores de tu familia pasan mucho tiempo viendo televisión delante suyo será muy difícil ponerle límites.

¿A qué edad es conveniente que comience a mirarla?

Al reflexionar sobre este aspecto dos puntos son importantes. Uno es que sentarse a ver televisión significa menos tiempo jugando, leyendo, interactuando con amigos, corriendo, etc… El otro se relaciona con que la televisión ejerce gran magnetismo, por consiguiente cuando la descubra se sentirá atraído desde un primer momento. Esto quiere decir que no hace falta estimular su uso, llegará solo. Y cuando eso suceda será esencial dosificar el tiempo que pasará frente al aparato y elegir qué programas verá.

¿Debo acompañarlo mientras mira televisión?

Sí. Es importante que te mantengas cerca para que puedas comunicarle tus puntos de vista sobre lo que te parece importante y también para compartir un momento placentero con él. De esta manera podrás saber qué entendió, ayudarlo con lo que no comprenda y hacerle preguntas. Si lo dejas largas horas frente al televisor sin compañía, le puedes estar enviando una señal equivocada. Por ejemplo: que no te importa lo que hace o mira. Si no puedes quedarte junto a él todas las veces, por lo menos conoce el contenido de lo que está mirando, los nombres de los personajes, pregúntele de qué se trata la trama (así te mantienes actualizada) y comprueba si comprende.

¿Qué tipos de programas son aconsejables?

Escoge programas que permitan que el niño interactúe. Son aquellos que enseñan canciones, hacen preguntas (y dan tiempo para responderlas) o promueven la incorporación de nuevo vocabulario. Busca emisiones que no contengan imágenes violentas y ofrezcan alegorías sobre las diferencias e igualdades entre las personas o el cuidado del planeta. Los programas con mucha acción, en general los predilectos de los más chicos, no les dan tiempo suficiente para pensar y absorber la información, muchas veces, confundiéndolos. Aquellos que les causen miedo o terror, demás está decirlo, deben evitarse.

¿Es mejor ver programas grabados?

Sí, es más conveniente grabar los programas y luego verlos juntos. De esta manera, es posible parar el video, hacerle preguntas, enseñarle a que mire con ojo crítico y evitar la gran cantidad de publicidades que tienen los canales exclusivos para chicos. Además, como ventaja tiene que el niño podrá volver a verlo cuantas veces quiera.

¿Cuál es la relación entre la televisión y la violencia?

Estudios realzados sobre los efectos que provoca en los niños la violencia mostrada en la televisión indican que estos pueden imitar la violencia que observan, aceptándola gradualmente como un modo de resolver problemas, volviéndose inmunes a ella y tomándola como algo habitual.