¿Qué es la infección urinaria?
Tal como lo dice su nombre, es una infección que se localiza en alguna parte de las vías urinarias (riñones, vejiga, uréteres y uretra).
Las infecciones urinarias adquieren diferentes denominaciones, las cuales cambian de acuerdo a su localización, la más popular es la cistitis, que se produce en la vejiga.
¿Cuáles son sus síntomas?
En los bebés y niños muy pequeños, la infección urinaria puede tener cómo único síntoma la fiebre. También es normal que aparezcan trastornos generales como vómitos, diarrea y malestar.
Los niños mayores experimentan dolor al orinar, e incluso la orina puede tener un color u olor extraño. El dolor lumbar y los trastornos en la micción (aumento de la frecuencia, incapacidad de retener la orina, etc.) también puede ser síntoma de la enfermedad.
¿Cuál es su tratamiento?
La infección urinaria se combate con antibióticos específicos, por eso es importante identificar qué bacteria la causó.
El medicamento debe suministrarse hasta que el médico indique lo contrario, ya que si el tratamiento se corta antes de lo debido la infección puede volver. De acuerdo a datos de la Sociedad Argentina de Pediatría, entre el 30% y el 50% de los niños que tuvieron una infección urinaria sufren episodios de recurrencia. El 90% de éstas ocurren dentro de los tres meses que siguen al episodio inicial.
Por otra parte, vale aclarar que las infecciones urinarias en niños deben estudiarse, por eso el pediatra debe solicitar la realización de diferentes estudios (ecografía renal, estudios de contraste, etc…) a fin de averiguar si la infección fue algo casual por falta de higiene o si la misma se produjo debido a alguna patología de base, como, por ejemplo, una malformación de las vías urinarias.
En caso de que haya una malformación y el problema no se trate, las infecciones en el riñón serán recurrentes y podrá desarrollarse una insuficiencia renal crónica.
¿Cómo se puede prevenir?
Para prevenir las infecciones urinarias se pueden tomar algunas medidas simples. Si tu hijo usa pañal, es importante que se los cambies con frecuencia, de ese modo evitarás el desarrollo de bacterias.
Si tienes una niña, luego de una deposición, higieniza la zona anal de adelante hacia atrás, a fin de impedir que las bacterias del recto penetren en la uretra. Cuando sea mayor, enséñale esta pauta para que sepa cuál es el modo correcto de higienizarse.
Retener la orina también favorece la proliferación de bacterias, por eso es importante que los pequeños no se aguanten las ganas. La ropa interior debe ser de algodón, el nylon y otros materiales pueden ser irritantes.
Por último, se recomienda evitar la constipación, ya que esta favorece el desarrollo de las infecciones del tracto urinario.