Vitamina K

Vitamina K durante el embarazo

¿Qué es la vitamina K?

La vitamina K, también conocida como filoquinona (vitamina K1), menaquinona (vitamina K2) y menadiona (vitamina K3), esta última como variante sintética, es una vitamina que cumple un rol fundamental ya que es esencial para la formación de sustancias indispensables para la coagulación de la sangre (protombina y proconvertina).

Ayuda a reducir el excesivo flujo menstrual y además cumple un rol fundamental para un correcto funcionamiento hepático. Interviene en la regulación de los niveles de calcio y es indispensable en la relación entre el calcio y la vitamina D.

Durante el embarazo es sumamente importante, ya que al intervenir en la coagulación de la sangre, previene hemorragias en el feto.

¿Cuál es la dosis recomendada?

La dosis mínima recomendada durante el embarazo es de 300 mcg. por día y lo mismo durante el período de lactancia.

El exceso de vitamina K3 (variante sintética que no se encuentra en los alimentos) puede producir toxicidad, con síntomas como sudoración, rubor, contracciones torácicas y una clase de anemia caracterizada por un incremento en la descomposición de las células rojas. Por esta razón siempre consulta a tu médico antes de comenzar a tomar cualquier suplemento de esta vitamina o multivitamínico.

¿Debo tomar un suplemento?

Con una dieta saludable, equilibrada y que contenga una gran variedad de vísceras, lácteos, huevos, legumbres y hortalizas obtienes la cantidad de vitamina K requerida por el organismo, por lo que no es necesario ningún suplemento.

Además, la vitamina K es producida por algunas bacterias del intestino. La leche común y cultivada, al igual que el yogur, mejoran el funcionamiento de la flora bacteriana intestinal y en consecuencia contribuyen a su producción.

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Sin embargo, debes consultar a tu médico si es necesario suplementar en casos de dietas inadecuadas o cuando se toman antibióticos en cantidades que puedan destruir la flora bacteriana del intestino.

¿Qué alimentos contienen vitamina K?

La fuente de mayor contenido de vitamina K es su producción natural en el intestino. También se encuentra en los aceites de hígado de pescado, vísceras, lácteos, yema de huevo, vegetales de hoja verde oscura, alfalfa, tomate, coles, brócoli, aceite de girasol, harina de soja y legumbres, entre otros.

¿Cuáles pueden ser los síntomas de su déficit?

Las deficiencias de vitamina K son muy raras pero pueden presentarse en mayor frecuencia en personas con alimentación inadecuada o que ingieren antibióticos con frecuencia.

También las personas que padecen de enfermedad celíaca suelen sufrir falta de vitamina K por problemas de mala absorción intestinal.

Los síntomas de su déficit están asociados a aborto habitual, aumento en el tiempo de coagulación, diarreas y hemorragias nasales y de distinta índole.

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