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Un estudio realizado en Estados Unidos reveló que el 60% de los casos de la enfermedad Alzheimer en los Estados Unidos lo representan mujeres que además son más propensas a padecer la enfermedad que los hombres. Sin embargo, son varias las investigaciones que han revelados grandes hallazgos relacionados al embarazo y la demencia senil o el Alzheimer.
¿Qué dicen las últimas investigaciones?
La investigación más importante estudió a 15.000 mujeres estadounidenses desde la edad adulta hasta la vejez. Los científicos encontraron que las mujeres que tuvieron tres hijos o más fueron menos propensas a padecer demencia senil que aquellas que tuvieron un solo hijo.
Otro dato relevante indicó que aquellas mujeres cuya vida fértil fue más corta, mostraron ser más proclives a padecer la enfermedad que aquellas que empezaron a menstruar tempranamente.
Los nuevos resultados, presentados en la última Conferencia Internacional de la Asociación de Alzheimer, mostraron que algunas hormonas, específicamente el estrógeno, pueden tener relación con la predisposición de las mujeres a padecer la enfermedad.
Para el estudio se hizo un seguimiento de un gran grupo de mujeres por un largo periodo de tiempo. Período de tiempo que en algunos casos duró hasta 53 años.
Por otro lado, un estudio piloto, que siguió la evolución del embarazo de 133 mujeres británicas, mostró también que la posibilidad de padecer demencia disminuyó por cada mes de embarazo que se cursaba.
Estos hallazgos siguen la línea de una investigación que descubrió la relación que existe entre la influencia hormonal y el riesgo de demencia en la mujer. La autora dijo que su estudio sugiere otro factor que influye en el riesgo de demencia en la mujer: el profundo cambio por el cual pasa el sistema inmunológico durante el embarazo.
La nueva y última investigación es un primer intento en clasificar la demencia en diferentes tipos. Esfuerzo que seguramente ayudará a descubrir los factores que influyen en el deterioro cognitivo que se produce con la edad y posiblemente en las maneras de contrarrestarlo.
Durante décadas los científicos asumieron que las mujeres eran más propensas a padecer de Alzheimer debido a que pueden vivir más años que los hombres.
Al sugerir los posibles roles de las hormonas y el sistema inmunológico, estas investigaciones proporcionan hipótesis alternativas: que las mujeres, al haber evolucionado para pasar gran parte de su vida fértil embarazadas, puedan haber desarrollado una protección para la demencia senil igual al hombre.
Pero a medida que las familias fueron disminuyendo en tamaño, las mujeres aumentaron su perspectiva de vida más tiempo y sus años gestacionales representan en la actualidad una menor parte de sus vidas, con probabilidades de que el riesgo de demencia senil vaya aumentado.
Desde 1964 hasta 1973, la empresa Kaiser Permanente convocó a mujeres de entre 40 y 55 años. Los investigadores inicialmente recopilaron información sobre el número de hijos que habían tenido, sobre la cantidad de abortos que sufrieron y la edad en la que empezaron y dejaron de menstruar.
Además de recopilar otros datos como la raza y el nivel educativo, también tuvieron en cuenta otras condiciones que afectan a personas de mediana edad, como fumar, la presión arterial alta y la obesidad, factores que predisponen la demencia senil.
Entre 1996 y 2017, los investigadores analizaron las historias clínicas de las mujeres en busca de síntomas de demencia. Al compararlas con las mujeres que tuvieron un solo hijo, las que tuvieron tres hijos o más presentaron 12% menos riesgo de padecer la enfermedad.
Adicionalmente, con cada aborto sufrido, el riesgo de demencia aumentó un 8%. Aquellas mujeres que sufrieron tres o más abortos, fueron 47% más propensas a padecer de demencia senil que las que no reportaron ningún aborto.
Finalmente, las mujeres que presentaron su primera menstruación entre los 10 y los 13 años fueron 22% menos propensas a presentar demencia senil que aquellas cuyo periodo se presentó a partir de los 16 años.
¿Qué permiten estos hallazgos en la lucha contra el Alzheimer?
Paola Gilsanz, una investigadora de Kaiser Permanente y coautora del nuevo estudio, admitió que los nuevos hallazgos no contribuirán mucho en la batalla contra la demencia senil de las mujeres.
Muchas de las hormonas relacionadas al sexo están involucradas en la reproducción, y estas aumentan y disminuyen en patrones complejos “y no puedes planear cuando te llegará el periodo, o cuando no abortar”. Ella agregó que se ha descubierto una relación entre el embarazo, el periodo menstrual y los abortos.
“Este descubrimiento abre un camino para investigaciones más específicas” para la clasificación de la demencia senil. Si los especialistas pudieran comprender mejor qué factores predisponen a la enfermedad, se encontrararían muy cerca de desarrollar drogas, hábitos alimenticios o cambios de comportamiento que ayuden a prevenir o disminuir sus efectos.
El otro de los dos estudios sugiere que los cambios en el sistema inmunológico de la mujer durante el embarazo puede influir también en el riesgo de padecer demencia senil.
Durante un embarazo, particularmente en el primer trimestre, este sistema sufre cambios radicales. Para permitir la implantación del embrión, que podría ser identificado como un cuerpo extraño, el sistema debe disminuir selectivamente su nivel de actividad. Esta reducción ayuda a explicar por qué para algunos trastornos inmunológicos, como alergias y esclerosis, el embarazo reduce los riesgos o los síntomas, dice Molly Fox autora del segundo estudio. También hay evidencia de que algunos cambios en la inmunoregulación persisten durante toda la vida.
Fox descubrió que por cada mes de embarazo, el riesgo de padecer demencia senil disminuyó en un 5,5%.