Un equipo de investigación australiano realizará a fin de año un estudio para restaurar el ciclo natural de sueño y vigilia en bebés prematuros. Esto tendría como beneficio mejorar su estado de salud más rápidamente y regresar a su hogar antes del alta convencional.
Para lograrlo, los investigadores expondrán a los bebés a períodos de luz y oscuridad para que aprendan a distinguir el día y la noche. De este modo, se restablecerá su ritmo circadiano, esencial para el crecimiento y desarrollo.
¿Cómo es el procedimiento?
Se utilizarán unas pequeñas vendas en los ojos y orejeras para simular el ambiente nocturno. Además, se les administrará a los bebés bajas dosis de cortisol y melatonina: las hormonas responsables de la regulación del ritmo circadiano.
Se espera que, al brindarle a los recién nacidos períodos regulares de claridad y oscuridad, pueden mejorar su crecimiento, estimular su desarrollo cerebral y conducir a un alta hospitalaria más temprana.
El biólogo reproductivo Peter Mark, quien está a cargo del estudio, dice que el ritmo circadiano comienza a desarrollarse en el útero al finalizar el tercer trimestre del embarazo. De esta forma, la información de la hora del día se transfiere de madre a hijo.
“Sin embargo, en los bebés prematuros, la exposición a estas importantes señales circadianas maternas es interrumpida por el nacimiento del bebé”. comentó recientemente el Dr. Mark a WA Health.
“Las posibilidades de establecer el ritmo circadiano de los bebés se estimulan aún más por el ruido continuo y la iluminación brillante de las unidades de cuidados intensivos neonatales en el que se encuentran siempre” agregó.
El Dr. Mark explica que, aunque el ritmo circadiano esté regulado por el cortisol y la melatonina, los mismos fluctúan y se ven modificados por la luz del día y otros factores ambientales.
Los problemas relacionados a un ritmo circadiano alterado
Además, la investigación anterior que realizaron muestra que las personas con los ritmos circadianos alterados tienen mayores riesgos de padecer obesidad, cáncer y otras enfermedades. Por otro lado, las futuras madres que tiene el ciclo circadiano afectado por el trabajo tienen mayores riesgos de tener bebés de bajo peso al nacer.
“Lo que idealmente buscamos es demostrar que a través de la recuperación del ritmo circadiano inmediatamente después del nacimiento se puede mejorar el crecimiento del recién nacido y que esto puede llegar a ser beneficioso en el largo plazo y reducir el riesgo de obesidad y otras enfermedades”, dijo.
El estudio se iniciará a finales de este año y se incluirá a bebés prematuros nacidos entre las 28 y 32 semanas de embarazo.