Emilia Grabarczyk se convirtió en el bebé más pequeño del mundo que pudo sobrevivir a un parto prematuro a las 26 semanas de embarazo.
Nació en Witten, Alemania, a principios de este año, pesando tan sólo 229 gramos y con una talla de 21,84 centímetros.
Luego del segundo trimestre de embarazo, la vida de Emilia corría peligro puesto que no recibía los nutrientes necesarios y por eso decidieron realizar el parto tan tempranamente.
El Dr. Sven Schiermeier, comentó que Emilia hubiera muerto dentro del vientre si no se hubiera practicado la cesárea en esa etapa tan temprana del embarazo.
Aunque la decisión era riesgosa los padres, Sabine y Lukas, aceptaron el consejo profesional sin dudarlo ya que al menos esto le daría a Emilia la posibilidad de sobrevivir.
El peso promedio de un bebé que nace a las 26 semanas de gestación es de aproximadamente 595 gramos. Emilia pesó menos de la mitad de esta cifra.
“Incluso los prematuros con un peso aproximado de 340 gramos generalmente mueren. Por eso también le agradecemos a Emilia todo lo que ella hizo para sobrevivir” comentó el doctor.
Los últimos meses fueron muy difíciles para Emilia. Era alimentada por un pequeñísima sonda y un hisopo embebido en una solución azucarada para aliviarle los dolores y calmarla.
“Hubo muchas dificultades y lágrimas, pero claramente ella quería sobrevivir” comentó la madre.
Actualmente Emilia se encuentra en muy buen estado de salud y ahora pesa 3 kilos poniéndose más robusta día tras día. Sin embargo, hay riesgos de que presente en el futuro problemas de aprendizaje e hiperactividad.
Si todo sigue marchando bien, la pequeña Emilia será dada de alta muy pronto para embarcarse en la próxima etapa de su vida con mamá y papá en su casa.
El récord del bebé más pequeño del mundo lo tenía Rumaisa Rahman, que pesó 243 gramos cuando nació en el Centro Médico de la Universidad de Loyola en Chicago, a las 26 semanas de embarazo.