Si bien el nacimiento de un bebé es una alegría para todos, no lo es así para el recién nacido. Todo el trabajo de parto y el nacimiento es un momento muy estrenaste y traumático para los pequeñines, principalmente por la diferencia de temperatura que experimenta al salir de un ambiente cálido a uno más frío y a la vez mucho más estimulante.
Pero esto no siempre es así ya que muchos bebés llegan al mundo sin llorar. Esto sucede porque algunos bebés son mucho más dormilones y tranquilos que los demás. Si esto pasa, el médico o la partera los estimulan para que comiencen a llorar, despejando sus vías respiratorias que aún contienen líquido amniótico. También, los bebés que nacen por cesárea son más propensos a que bostecen en vez de llorar.
Sin embargo, la falta de llanto a veces puede indicar algún problema de salud y por esta razón el bebé debe ser evaluado inmediatamente en busca de cualquier problema.
Para esto se lo somete a un examen llamado score de Apgar, un estudio que evalúa cinco aspectos del bebé recién nacido: el tono muscular, los reflejos, la coloración de la piel y la frecuencia cardíaca.
De acuerdo al resultado obtenido el equipo médico decidirá si es necesario que el bebé reciba oxígeno de forma artificial junto a otros cuidados especiales.
De modo que cuando escuches a tu bebé llorar en su nacimiento no debes preocuparte. Es un signo de que tiene un buen estado de salud y que además se calmará rápidamente cuando lo lleves a tu pecho.