Babypod nació dentro de una importante línea de investigación de Institut Marquès sobre los efectos de la música desde el inicio de la vida. La música posee múltiples beneficios para el cerebro humano, entre ellos, actúa como estímulo para el aprendizaje y desempeña un importante papel en el área de la comunicación social. La estimulación de los bebés a través de la música desde sus primeros meses de vida tiene efectos positivos para su desarrollo cerebral; siendo así, ¿por qué no proporcionarle a tu bebé los beneficios de la música desde antes de nacer?
Durante el primer estudio científico, el equipo de Institut Marquès aplicó música a las incubadoras de embriones y se demostró que la música mejora la fecundación in vitro.
Posteriormente, para investigar la audición fetal y hacer llegar de forma más eficaz el sonido al interior del útero, se diseñó un pequeño dispositivo vaginal. El resultado fue un descubrimiento sorprendente: los bebés se estimulan y reaccionan moviendo la boca y la lengua.
Comprobados los beneficios de la música y la importancia de la estimulación neurológica de los bebés en gestación, nació Babypod, un avance médico del que todas las mujeres embarazadas y todos los futuros niños deberían poder disfrutar.
El oído es el primer sentido que se desarrolla en el embrión. Tan solo son necesarias dieciséis semanas para que el sistema auditivo de un bebé en gestación esté completamente desarrollado pero, ¿pueden oír los bebés desde entonces? Hasta ahora se creía que perciben sonidos a partir de la semana veintiséis. Sin embargo, un reciente estudio desarrollado por Institut Marquès ha demostrado que oyen desde la semana dieciséis y, aún más, ha descubierto que los bebés reaccionan a estímulos musicales.
A partir de las 16 semanas de embarazo, el bebé comienza a oír diferentes sonidos, ¿de dónde proceden? Por un lado, del interior de su madre -los latidos de su corazón, su respiración, su voz-, y por otro lado, del exterior y de las actividades que ésta realiza. Sin embargo, el bebé está aislado de los sonidos externos, que le llegan amortiguados; los oye a unos 30 decibelios, volumen que corresponde a un susurro. Además, los sonidos son muy repetitivos, el bebé se acostumbra rápido a ellos y no le impiden dormir. Mientras está en la barriga, el bebé puede percibir y recordar diferencias en el ritmo y la entonación de la voz de su madre, pero todos los sonidos le llegan muy distorsionados y amortiguados. El bebé no oye los sonidos externos ni tampoco la voz de su madre tal y como se emiten.
El útero es un espacio protegido del exterior, y es el cuerpo de su madre el que realiza esa función a través de varias capas o tejidos blandos. Éstos hacen que la intensidad del sonido quede atenuada y que se distorsione en su viaje hacia el interior del útero; es lo mismo que ocurre cuando oyes una conversación en la habitación de al lado pero no entiendes todo lo que se dice.
Si se generan sonidos al nivel del abdomen de la madre -por ejemplo, con unos cascos-, una parte de ellos se dispersará por el ambiente, y otra quedará absorbida por esos tejidos blandos o capas -la pared abdominal y la del útero-, por lo que al bebé apenas le llegará un rumor, similar al que se obtendría colocando una almohada tapando un altavoz; también se puede comparar con los sonidos de fondo de un bosque.
Sólo es posible que los bebés perciban los sonidos como nosotros a través de una única vía, la vaginal.
La vagina es un espacio cerrado, por lo que el sonido no se dispersa en el ambiente. Además, las capas de tejido blando que separan al bebé de la fuente de sonido son menos, sólo las paredes vaginal y uterina. Colocando un altavoz en la vagina se elimina la barrera que constituye la pared abdominal y el bebé puede oír los sonidos casi con la misma intensidad y claridad con la que se emiten.
Con este dispositivo, los sonidos llegarán al bebé sin distorsión, casi con la misma intensidad y claridad con las que se emiten, ya que el número de capas que lo separan de la fuente de sonido es menor.
La música emitida a nivel del abdomen no llega al bebé, éste apenas la oye debido a las capas que lo aíslan del exterior.
Para la realización del estudio científico, se aplicó música en el abdomen de la madre a través de unos cascos. El volumen de la música para esta prueba se fijó en 98,6 decibelios, una intensidad bastante elevada, equivalente al sonido de un corta-césped. Sin embargo, los bebés no mostraron ninguna reacción ante la música.
Por el contrario, sí respondieron a la música emitida con Babypod, a una intensidad de 54 decibelios, que corresponde al volumen de una conversación en tono bajo o a un hilo de música ambiental. Solo desde dentro se puede estimular al bebé; la música provoca y anima su respuesta.
La música estimula importantes estructuras cerebrales del ser humano, mejora su desarrollo neurológico. Por eso, los pediatras recomiendan que los niños crezcan en ambientes con muchos estímulos, entre ellos, la música; ¿y si pudieras comenzar ya? Gracias a Babypod los niños pueden empezar a disfrutar del placer de la música desde antes de nacer.
Por otra parte, la música estimula la comunicación y el lenguaje, la forma de expresarse y la coordinación de los movimientos. Todo esto es necesario para la vida en sociedad.
Gracias a Babypod los niños inician sus movimientos de vocalización en el útero.
Babypod es un pequeño dispositivo intravaginal. Estudios científicos demuestran que es el único que estimula la vocalización de los bebés antes de nacer a través de la música y favorece su desarrollo neuronal. Con Babypod, el inicio de la unión más fuerte empieza a través de la música y dentro de la barriga. Será la primera experiencia juntos de una madre y su bebé y la primera experiencia musical y de aprendizaje de éste.
Babypod es el único producto de este tipo avalado científicamente. Ha sido testado y aprobado por Institut Marquès, centro de referencia internacional en Ginecología, Obstetricia y Reproducción Asistida.
Tras estudiar cientos de ecografías en 4D, los médicos del Institut Marquès comprobaron lo siguiente cuando se utilizaba el Babypod:
- Al escuchar la música, la mayoría de los bebés reaccionan con movimientos del cuerpo y/o de la boca y lengua.
- La respuesta es distinta en cada exploración y es muy variable el tiempo que tardan en reaccionar. También es distinto el tipo de movimiento y el número y la intensidad de los mismos, así como el tiempo en que dejan de hacerlos tras cesar el estímulo musical.
- El mismo bebé presenta diferentes respuestas cada vez que escucha la música.
- Los resultados son similares en ambos sexos.
- Los gemelos presentan conducta similar.
La respuesta de cada bebé es diferente porque depende de la actividad de las neuronas del tronco del encéfalo en ese momento. No es un reflejo, es una respuesta y por eso depende de diversos factores. Por ejemplo, puede depender de la fase del sueño en que esté el bebé y también de los niveles de glucemia de la embarazada en ese momento, es decir, del tiempo que lleve la madre sin comer. Cuando le hablas a un bebé de pocos meses de vida pasa lo mismo, nos dirigimos a él con un tono mucho más agudo y melódico porque sabemos que así estimulamos su respuesta de comunicación y, habitualmente, nos responde con movimientos de expresión facial, de vocalización y de lengua. Esta reacción es distinta en cada momento y depende de muchos factores, principalmente de si tiene hambre, sed, frío, sueño, etc.
Babypod tiene un costo de 150 € y puede conseguirse en Babypod.net