Los ciudadanos de la ciudad rusa de Óbninsk se asombraron al encontrar en una caja debajo de una escalera de un bloque de apartamentos a un bebé de apenas 2 meses. Pero la sorpresa fue aún mayor al observar que la gata que vivía en esa caja estaba cuidando a un bebé abandonado, calentándolo para protegerlo del frío.
Los fuertes maullidos de un felino que vivía desde hacía tres años en esa casa atrajeron la atención de los vecinos de Óbninsk, a unos 100 kilómetros de Moscú. Cuando salieron para ver qué pasaba con la gata, encontraron a un bebé que se mantenía inesperadamente caliente en el frío invernal, según cuenta la mujer que lo descubrió.
“Estuvo calentando al bebé con su pelaje durante varias horas y maullando para pedir ayuda”, dijo la mujer a la agencia de vídeo Ruptly.
Cuando llegaron los médicos para buscar al niño, el felino no se movía de su lado, e incluso, cuando un trabajador de la ambulancia subió al coche con el bebé en los brazos, la gata continuaba maullando penosamente.
La gata esperó durante horas en la carretera a que el coche que trasladó al bebé regresara, contaron los vecinos.
No es el primer caso de fidelidad y bravura felina. Uno de los casos más divulgados tuvo lugar el año pasado en la localidad californiana de Bakersfield (EE.UU.) Allí, las cámaras de vigilancia de una casa grabaron el momento en que un perro atacaba a un niño y éste fue salvado por ‘Tara’, la gata de la familia del menor.
La mujer, que resultó ser una enfermera, afirmó también que encontró una bolsa con comida para bebé y pañales. El niño estaba bien vestido, agregó.